lunes, 21 de noviembre de 2011

Los cerros de Úbeda


Como sabéis, o deberíais de saber, Úbeda se sitúa en la provincia de Jaén, y al igual que el pueblo de mi padre, que está cercano, se eleva sobre un cerro para que no venga una riada y se lo lleve.

Bueno, pues cuenta la leyenda que allá por el siglo XIII, durante la reconquista de la ciudad, tomada por los musulmanes, cuando Zapatero todavía no había hundido a España en la crisis, uno de los más importantes capitanes del rey Fernando III el Santo, un tal Álvar Fáñez, también conocido como “el Mozo”, se fue de vacaciones a Marina d’Or en plena batalla. Se ve que el muchacho conoció a una mora y se la llevó de festejo.

Una vez se enteró por internet que la ciudad fue reconquistada, apareció por allí, y al preguntarle el rey dónde se había metido, el muy pájaro le dijo que se había perdido por los cerros de Úbeda…

En cuanto al dicho, como su nombre indica, está todo dicho, ya sabéis de donde viene y por qué se dice. Creo que éste sí tiene sentido y su origen parece lógico, aparte de que sea verídico o no.

Como veis, lejos de ser la respuesta un signo de cobardía como dicen las malas lenguas, es una excusa cojonuda. Así que usarla, que hasta que meta el hocico la SGAE, es gratis.

Salud/os!

lunes, 7 de noviembre de 2011

Triste final sobre dos ruedas

Han pasado 2 semanas del trágico fallecimiento del piloto Marco Simoncelli, ese con el que a todo el mundo, simpatizantes y detractores del italiano, se le puso mal cuerpo.

3 años después de proclamarse campeón del mundo de 250cc en Sepang, el destino quiso que fuera en ese mismo circuito en el que se pusiera fin a su carrera. Circuito, que bajo mi opinión no sería escandaloso que no albergara ningún Gran Premio más, y que debería recibir un gran toque de atención (y si me apuras una sanción ejemplar) por parte de Dorna, empresa organizadora del mundial. Por lo pronto el responsable de seguridad de Dorna ha anunciado que la organización local del GP de Malasia no será la misma el año que viene, mientras, sigue encontrando soluciones a los fallos que se produjeron durante el fin de semana. Empezando por la caída de Márquez por no señalizar los comisarios que la pista estaba mojada en ese tramo, y que ha privado al catalán de proclamarse campeón del mundo de Moto2, título que tenía en el bolsillo. Siguiendo por la desastrosa y vergonzosa evacuación de Simoncelli, aunque evidentemente no fue la causa de su muerte, pero no se puede permitir que se te caiga el piloto mientras es evacuado. Y finalizando con la lamentable actitud de los aficionados malayos que asistieron al circuito y que, tras la acertadísima decisión de cancelar la carrera de MotoGP por el accidente de Marco, empezaron a silbar incomprensiblemente. Una falta de respeto bastante grande, la verdad. Por lo visto se dejaron la cordura y los buenos modales en casa. En ese momento poco importa el dinero y el espectáculo, cosa que no parecían comprender.

Pero bueno, hablemos de Simoncelli. Por todos es conocido que era un piloto excesivamente agresivo, incluso a veces, falto de materia bajo esa enorme masa de pelos, que es por lo que se le ha criticado y por lo que se ha ganado gran parte de su fama. Todos los que seguimos el Campeonato del Mundo de Motociclismo recordamos lo que pasó en 2008 con Barberá en la recta de Mugello. Sólo un inconsciente o un descerebrado puede ocasionar tal accidente. Ahora bien, eso no quita que fuera una buena persona, yo no lo dudo, se le veía un tío majo y simpático, aunque quedara oculto por su pasado y sus acciones en la pista. El aficionado principalmente sólo ve lo que ocurre en la pista y se forja una opinión en base a ello, en base al piloto, no a la persona, aunque también se da el caso contrario. Creo que nadie ha juzgado a Simoncelli como persona, sino como piloto. Yo por lo menos lo he juzgado como piloto, yo veo correr al piloto, no a la persona, y no puedo hablar de alguien como persona sin conocerlo fuera de la pista. Yo veo carreras, veo partidos de fútbol, veo profesionales haciendo su trabajo, no veo a la persona, esa que evidentemente existe y también importa mucho. A mí que vista de tal o cual o sea simpático o borde me da absolutamente igual, no estoy viendo un programa de corazón. Muchos se guían también por eso, y les cae mal gente como Lorenzo o Alonso, hasta el punto de no querer que ganen. Lo respeto, pero lo que haga fuera de la pista un piloto me la trae floja, aunque todo tiene un límite, claro.


Este año se le empezó criticando, con Lorenzo a la cabeza, a mi juicio sin motivo alguno. Él se defendió y… ¡zas! Fue abrir la boca Jorge sin tener motivos, a tenerlos instantáneamente. A partir de ahí, la historia que todos conocemos, y un linchamiento para algunos excesivo, pero en mi opinión buscado por el piloto italiano. No empezado, porque ya digo que se le comenzó a criticar sin motivo pese a su pasado, pero después él se encargó de dar la razón a Lorenzo, Stoner y compañía. La bola se fue haciendo grande y pasó lo que tenía que pasar, provocó una caída a Pedrosa, cuya lesión le tuvo alejado varias carreras, y él se fue de rositas por mucho que le advirtieron. Jorge sugirió que se le quitara la licencia porque era un peligro para los demás pilotos, y demostrado quedó, pero se fue impune. ¿Justo? No, pero como se suele decir, “es lo que hay”.


Yo era uno de los que celebró la caída del piloto italiano en Cheste 2009, perdiendo las opciones al título, que se llevó en esa última carrera el japonés Aoyama. No fui el único, todo el circuito celebramos el campeonato del japonés, nadie quería que Simoncelli, que por aquel entonces ya se había creado enemigos, se llevara ese título. ¿Por qué? Porque a la vista de muchos, sobre todo de los aficionados españoles, con más o menos razón, era un piloto guarro, pilotaba mucho más allá del límite y nos dejaba acciones sucias y encontronazos con nuestros compatriotas. Alguno le defendería, y ahora más, yo sigo sin hacerlo, no veo motivo para rectificar. Lo que juzgué en el pasado, atrás quedó reflejado, cada uno tiene un punto de vista sobre las carreras, y el mío no ha cambiado, ni tengo motivos para que cambie.


En el año 2006, en el mismo escenario, Rossi también se fue al suelo y Hayden se proclamó campeón del mundo. ¿Cuántos celebramos que Rossi perdiera el campeonato? Nuñez, que es mi colega de fatigas moteras (entre otras), yo, y 2 más de manera tímida, por no decir nadie más. ¿La diferencia con Simoncelli? Muchas, y obvias todas ellas, por lo que la alegría no vino por los mismos motivos.

También recuerdo un año en el que Marco Melandri se fue al suelo y todo el circuito celebró la caída. No recuerdo exactamente el año, debió ser el que Fonsi estuvo peleándole el mundial, pero no estoy seguro. ¿Por qué se celebró la caída? Por lo mismo que se celebró la de Simoncelli, porque hizo alguna jugarreta a un piloto español. Y si se celebró años atrás lo de Melandri, que fue algo más insignificante que lo de Super Sic, ¿Por qué no se iba a celebrar que Simoncelli perdiera el título si había más motivos para ello que con el otro Marco?

Con todo esto quiero decir que hay que ser consecuente con lo que uno dice o hace, y un fallecimiento no es motivo para echar marcha atrás y cambiar la historia y la opinión de uno mismo. Lo digo porque hay gente que tras el accidente, aparte de encumbrarlo y nombrarlo injustificadamente sucesor de Rossi (palabras mayores), cambia de opinión y parece como que le cuesta hacer culpable a Sic de la lesión de Pedrosa, y quiere olvidar que le ha jodido el campeonato. Por poner un ejemplo. Lo que pasó está ahí, todos lo vimos, y se puede perdonar, y se perdona, pero no se puede cambiar la versión de lo ocurrido sólo porque haya fallecido.


Tras la desgracia se ha hablado de cosas como retirar el nº 58 o ponerle al circuito de Misano su nombre. Indudablemente que el nº 58 se debe retirar, y así será - Capirossi, en la última carrera de su vida, ha sido y será el último en llevar el 58 en homenaje a Marco - igual que se hiciera con el 74 de Kato o el 48 de Tomizawa (anteriormente se retiró el 34 de Schwantz, y no ha fallecido). Lo de ponerle su nombre al circuito de Misano, eso ya es arena de otro costal y un tema del propio circuito, que por lo visto ha decidido hacerlo. Lo que está claro es que cualquier homenaje que se le haga, es bienvenido, y el de Valencia fue muy bonito y emotivo. Todas las motos de las 3 categorías dieron una vuelta al circuito, incluida la de Marco, pilotada por el gran Kevin Schwantz, mientras se levantaba una enorme pancarta con la imagen de Sic, para posteriormente reunirse con toda la familia del mundial en la línea de meta y presenciar una mascletá que ponía fin al acto. Los aficionados también pudimos dedicar unas palabras a Marco en un muro.

 

Aquí tenéis el video: Homenaje de ruido a Marco Simoncelli

Nadie merece tener un final así, ni Kato, ni Shoya, ni tampoco Marco. El espectáculo está por encima de todo, y los aficionados al motociclismo, aunque seamos del bando contrario, sabemos reconocer y valorar lo que se nos ofrece, porque en este deporte, a diferencia de otros, nunca llegan a haber verdaderos enemigos. Por ello, no es de falsos ni de hipócritas lamentar la pérdida del ahora eterno #58, por muy detractor que se haya sido del piloto italiano. DEP.

“Ciao a tutti”